Tras la victoria y los primeros minutos de honda emoción por el objetivo alcanzado, Wilfredo «Quique» Pomés detalló lo siguiente: “Fue increíble. Por momentos el auto iba más rápido que el de Fabricio (Larratea). Igual yo era muy consciente que él tenía que ganar ya que necesitaba puntos gordos y para mí un segundo lugar era bárbaro porque me levantaba el ánimo. Lástima el inconveniente de Fabricio y tengo una alegría un poco extraña ya que no puedo festejar todo. Ahora se me viene a la mente de aquel momento que pensé dejar de correr, pero ahora veo que estuve en la decisión acertada y esto que ha sucedido me ha dado mucha motivación para seguir adelante”.
Luego añadió: «Tenía el auto y lo único que le faltaba era ganar. Ahora las tres H han ganado en el Superturismo y eso es muy importante para todo el equipo. Un equipo que trabaja mucho, donde se hace especial hincapié en la obtención y análisis de datos. Una cosa que quiero resaltar fue lo que sucedió el viernes de noche, allí junto a Mariño estuvimos mirando la cámara a bordo de él y la telemetría y ahí aprendí un montón. Es un gran compañero y todo sabemos que es un gran piloto. Este domingo tuvimos un auto sólido, rápido, donde yo venía tranquilo, no estaba cansado”.
Destacó que “es uno de los triunfos, si no es el más disfrutable que me llevó a emocionarme. Recuerdo que no me emocioné cuando fui campeón en la Fórmula. En la vuelta que di después de que me bajaron la bandera a cuadro venía llorando solo, con el puño en alto y apretado. Recontento”.
Por supuesto que esto tiene una dedicatoria: “Primero que nada se lo dedico a mi abuelo que fue el que hizo posible esto siempre, que ha estado ahí detrás de mí y que no pudo estar hoy, a mi familia y al equipo que son unos cracks”.
