Nuevo año de competencias y nuevas ilusiones. Fabián Messano se ha distinguido con buenos resultados parciales en las dos últimas temporadas de Superescarabajos que lo invitan a soñar. Una revisión total y a fondo hasta las entrañas del auto se deja ver a través de una estética exterior que difiere radicalmente de lo exhibido en 2016. Veremos si los nuevos colores le aportan al buen piloto y equipo el equilibrio necesario para llegar al fin del campeonato con la ilusión intacta: pelear por el título.
Eso sí: la apuesta de Messano en el diseño de su clásico Fusca 32 es diferente, llamativa, a tono con los tiempos que corren.
M.ROSA
