Nada que reprocharle ni nada que reprocharse. Máximo Castro paseó su calidad en el kartódromo de Sarno, Italia, en la Gran Final Mundial Max Challenge de Rotax.
Máximo lo hizo por primera vez en modo “100 % eléctrico” dentro de la categoría de Rotax E-20 Senior y a punto estuvo de ser el primer piloto uruguayo en subir a un podio Mundial en modo eléctrico.
Siempre, desde que se abrió la pista, estuvo entre los tres más rápidos lo que ratificó en la clasificación con el tercer registro a apenas una décima de la pole conquistada por el Campeón Europeo en E-20 Senior. Pero luego junto a otros siete pilotos fue sancionado (mal colocados los plomos de lastre) y cayó al lugar 18.
Desde allí realizó memorables Heat y una titánica Pre Final que lo depositó en el segundo lugar de la grilla de la Final. A esa altura, los periodistas acreditados y la propia Prensa de Rotax se interesaban por el uruguayo (incluso buscaban Uruguay en Google…) dada su gran performance sin experiencia previa alguna.
La expectativa era poder llegar al podio en la Final partiendo desde el segundo lugar.
Se le hizo muy difícil lidiando con pilotos experimentados en modo eléctrico –especialmente como preservar los neumáticos- para una carrera larga y si bien en la pista Máximo finalizó tercero, el sistema de penalidad deportiva de Rotax se resume en: “kart que llega a Parque Cerrado con la trompa caída o suelta, se le recargan 5 segundos”. Y eso fue lo que condenó a Máximo que en el fragor de la batalla, se le aflojó la trompa. El recargo lo depositó en el octavo lugar final.
Los otros dos pilotos uruguayos, José Passadore (Rotax DD2) y Federico Sellanes (Junior Max Rotax) la lucharon y pese a parciales buenos, no pudieron ganarse un lugar en la grilla de sus respectivas finales. Pero dejaron todo en la pista.
M.ROSA