Soy –lo confieso- de los que entendemos que un auto fuera de lo que indica el reglamento técnico, debe ser excluido. Es más, me formé como periodista de automovilismo inmerso en esa poco menos que condición sin ecuanon.
Por más que muchas veces –incluyendo este breve ciclo 2020 del Nacional de Pista- eso no se aplicó o más bien, se aplicó un “pase y siga” técnico.
Pero esa condición de excluir todo aquello que no encuadre con lo Técnico, está instalada. Insisto, me incluyo en ese pensamiento. Me formé así.
De manera que no critico a aquellos que en base a esa premisa, entienden que Etchegorry debió ser excluido y listo. Caso cerrado.
Pero fiel a mi estilo, me gusta dar todas las opciones informativas posibles para que cada uno –también me incluyo- pueda opinar con mayores argumentos a la hora de definir si esto está bien o esto está mal.
Por más que dar toda la información posible muchos la interpretan como “flechar una decisión”. Yo no soy tan clave, ni tan importante, en la vida de las Autoridades de Prueba como para incidir en una decisión.
Todas las campanas son válidas. Después, cada uno saca sus conclusiones y las fundamenta sin insultos, sin agravios, sin ordinariez.
El nuevo orden de la FIA
Desde hace un buen tiempo, escuchamos cada vez más con mayor insistencia que Uruguay no tiene gente capacitada, que aquí nos “quedamos con los libros viejos”, que el automovilismo cambió o que si no nos modernizamos, el automovilismo se muere. En especial, estos conceptos se han acentuado desde la creación del Superturismo en 2015.
Hemos llegado a escuchar –en todo su derecho- que es imprescindible traer autoridades del exterior –léase argentinos- porque esos sí saben, sí están capacitados y sí están actualizados con todas las normativas nuevas emanadas de la FIA.
Pues bien y escuchando esos gritos desesperados de pilotos, concurrentes, directores de equipo, la tribuna, etc, el Automóvil Club del Uruguay (ACU) se puso manos a la obra, movió sus piezas y lo consiguió: capacitar uruguayos en el propio ámbito de la FIA. Ya lo informamos oportunamente, más allá de varios logros para Uruguay en materia de infraestructura y desarrollo deportivo, el ACU logró enviar a cursos FIA en los últimos 2 años a los equipos médicos de AUVO y del CUR, así como lograr que estos mismos instructores, vinieran al Uruguay a certificar y ahondar en esos conocimientos (visita de médicos de OMDAI al Rally del Atlático 2019 y cursos de actualización previa) y como consecuencia de ello, hoy tenemos en Uruguay nuestro propio CMO (Chief Medical Officer) y gente capacitada de tal manera que pueden trabajar en un Mundial de Fórmula Uno o una Fecha del WRC. Es más, si se diera el caso de que vuelva la F Eléctrica (ahora Mundial FIA), no es necesario que venga el Equipo Médico FIA. Uruguay lo tiene
Pero en ese camino de capacitar y modernizar –que se pide a gritos- a nuestro deporte motor, el ACU logró enviar Comisarios Deportivos a cursos FIA. De hecho, la última capacitación a la que se accedió es bien reciente (febrero 2020) y fue en Ginebra, Suiza, a la que concurrió Marcelo Azayan. Son tres días inmerso en el mundo FIA. También los Cursos de Oficiales y Comisarios de Rally en Panama 2019, a los que fueron Andres Dupont y Guillermo Talento.
Una de las premisas de estas capacitaciones es obviamente, trasladar todo lo aprendido a nuestro ámbito, no solo aplicando los nuevos conceptos, sino formando a nuestra gente en esos nuevos conceptos de cara al futuro deportivo local. Sin ir más lejos, todo ese aprendizaje se expuso gratuitamente para voluntarios en formación, con cursos de capacitación gratuitos para Comisarios Deportivos de Nivel 1 a 3.
También el ACU formalizó cursos en nuestro país para actualizar conceptos dirigidos por quien es toda una referencia en el Río de la Plata, el argentino Diego “pato” Mesa. El de 2019 fue un suceso.
A lo que voy es que en todos estos cursos dictados a partir de la retórica de la FIA, el “nuevo orden” en cuanto a la aplicación de sanciones ha estado de manera constante, visible, insistente. Un viejo término conocido pero que no era de uso común se ha transformado ahora en un fuerte jugador: la multa.
La aplicación de la multa
Tanto ha cambiado la FIA en la aplicación de las sanciones que incluso, ésta ordenó expresamente que no se hable más de Exclusión cambiando esa palabra por Descalificación.
Pero puntualmente, la FIA desde hace más/menos tres años, inició un proceso de cambio de criterio en la aplicación de las sanciones basado en la protección del piloto y su esfuerzo por competir. Es decir, tratar de proteger su inversión porque es en definitiva, el actor principal en este deporte (como en todos).
Y allí aparece en escena con tremendo vigor la multa como opción válida, muy válida, a la hora de impartir justicia por parte de los Comisarios Deportivos. Hay una recomendación específica de la FIA en ese sentido.
De allí que tome sentido la aplicación de una multa para definir en primera instancia, la Reclamación de Andre Lafon.
Volviendo al principio de estas líneas, sin dudas que la sanción “rechina” pues todos –me incluyo- estamos con el chip de “si estás fuera de reglamento, estás Excluido” (perdón: Descalificado). La multa aplicada, hace ruido…Está claro.
Sin embargo, la sanción se adapta claramente al nuevo orden de la FIA y en especial, al constante reclamo de modernizar nuestro automovilismo, en particular, capacitando a las Autoridades de Prueba.
Hay una enormidad –reitero, una enormidad- de conceptos que han variado rotundamente en el criterio de la FIA y oportunamente será motivo de otra nota. Es bueno, muy bueno, saberlos, para entender decisiones más allá de que después –con total libertad- uno pueda o no compartirlos.
Lo demuestra con hechos
Ahora bien, podemos decir que “justo ahora lo aplican en Uruguay”. Puede ser. Pero es la primera vez que los Comisarios Deportivos (CD) enmarcados en el nuevo proceso, en el nuevo orden de la FIA, se encuentran ante ésta situación de reclamación técnica. Recordando que más allá del nuevo orden de la FIA, siempre será el criterio de los Comisarios el que prime. Perfectamente pueden decidir una Descalificación. Pero tienen esa herramienta de la multa si la encuentran apropiada para discernir una situación y además, la FIA les recomienda expresamente “reunir toda la información posible antes de tomar una decisión. No apurarse y sí informarse”.
De manera que los CD reunirán toda la información necesaria y llegarán a la conclusión de multa, desclasificación, o lo que fuere, con total conocimiento de causa.
Pero la FIA en este último año –para no ir tan atrás en el tiempo- ha dado muestras bien, bien, claras en este nuevo orden de aplicar la multa como sanción válida incluso en hechos técnicos “fuertes” y también en hechos deportivos más que fuertes. Y lo ha hecho incluso en sus dos expresiones deportivas más visibles: la Fórmula Uno y el Mundial de Rally.
Basta con entrar a internet para ver como la FIA le ha dado un rol protagónico formidable a la multa, ya sea para sancionar aspectos técnicos como deportivos. Reitero por las dudas, aspectos técnicos.
De manera que la FIA no solo coloca a la multa como “piedra fundamental” en sus cursos sino que lo transfiere a los hechos.
Hay uno que es bien llamativo y además bien reciente. Sucedió en octubre en el WRC de Cerdeña. Lean atentamente: “Tras el 1-2 en el Rally de Cerdeña, el equipo Hyundai recibió una multa de 10000 Euros de parte de los Comisarios Deportivos de la FIA. La verificación post-carrera detectó que el sub chasis trasero del i20 WRC de Dani Sordo presentaba un peso de 24,5 gramos inferior al mínimo permitido (en relación al +/-) y 211 gramos si se tiene en cuenta el peso máximo de la pieza homologada. Los directivos del equipo y los comisarios acordaron que no hubo ventaja deportiva y se decidió aplicar una multa económica al fabricante, la cual puede aumentar a 30000 Euros si comete la misma falta en los próximos 12 meses”. Dani Sordo fue ratificado como ganador.
Les digo lean atentamente porque el final del Comunicado es muy curioso pero pinta en “cuerpo y alma” la determinación de la FIA respecto a la aplicación de la multa en detrimento de la Desclasificación: si entre el 11 de octubre 2020 y el 11 de octubre 2021 vuelven a cometer la misma falta técnica, ya le avisan que no los van a Desclasificar pero sí que la multa pasa a los 30000 Euros. Es más, Hyundai Motorsport debió depositar los 30000 Euros y si al 11/10/2021 no volvió a “equivocarse”, la FIA se queda con los 10000 originales y les reembolsa los otros 20000.
Y un detalle más: el auto y esa pieza en particular, pasó por inspección técnica previo a la carrera. O sea, estaba homologada, algo muy similar a la ya famosa “jaula” del Etios de Etchegorry.
¿Imaginan en Uruguay un auto que en lapso de un año tenga dos irregularidades técnicas y los Comisarios Deportivos, escuchados los descargos –como hicieron en Cerdeña- decidan multarlo? Señoras, señores, arde Troya. ¿No?
Dejando constancia además que la pieza objetada en el Hyundai de Sordo tiene su respectiva Ficha de Homologación. Casi nada, no hay forma de errarle al medirla y…no encuadraba con lo escrito en el Reglamento. Por cierto, hablamos de un automovilismo hiper profesional donde en teoría, las equivocaciones no cuentan. Sin embargo…
Pues bien, hay que irse acostumbrando (me incluyo) a la modernización del automovilismo uruguayo que tanto se reclamaba. De hecho, algunos Reglamentos ya han sido modificados en los últimos dos años cambiando las frases “será motivo de Exclusión (perdón: Descalificación)” por el “quedará a criterio de los Comisarios Deportivos…”.
Caso concreto Lafon vs Etchegorry
El porqué de las multas, va de la mano en la graduación de la sanción. Especialmente para aquellas infracciones que no implican una ventaja deportiva. Si un error -esto es fundamental- reitero, error, acarrea una sanción de exclusión, ese error se paga muy caro deportivamente.
En este caso, una diferencia de medida en un elemento no mecánico, que cumple con la normativa mínima de seguridad requerida por la FIA, ¿es justo que acarre la pérdida de puntos en una competencia? Esa es la pregunta que la FIA expresamente instruye a los Comisarios Deportivos.
A su vez, esta nueva modalidad instalada por la FIA –lo expresa claramente en sus cursos de capacitación- evita o minimiza la conducta antideportiva, ya que le impide a los competidores a través de denuncias por hechos menores, obtener un redito deportivo importante como lo son puntos, una victoria o en definitiva un campeonato.
Por otra parte, la multa de US$ 800 (Dólares: Ochocientos) no es un capricho de los Comisarios Deportivos ni es AUVO “que le pone precio a las faltas (Javier Morier)”. Está también reglamentado, bien clarito. Solo es cuestión de informarse.
Más allá de la Apelación que presentará Lafon y su resultado final, buscamos con esto dar más material de consulta, más información, para hacerse una composición de la situación y de las resoluciones que se toman.
Sí está claro que el nuevo orden de la FIA ya se transita en Uruguay y que todos –Mario Rosa incluido- debemos aceptarlo.
La delegación de la FIA en Uruguay
A modo informativo –no todos tienen por qué saberlo- nuestro automovilismo se basa en primera instancia en el Código Deportivo Internacional de la FIA y sus Anexos, las prescripciones generales y luego en los Reglamentos propios aprobados por la autoridad deportiva local. Asimismo, nuestro automovilismo se rige por las normas FIA porque el máximo organismo mundial tiene su sede en Uruguay: el Automóvil Club del Uruguay (ACU).
Una reflexión en voz alta
En vista de todo lo expuesto, si Andre Lafon supiese que esto terminaba en una multa, ¿lo hubiese denunciado en la última fecha, o en la segunda cuando, como el mismo dijo, ya había obtenido la información de la contravención?
M.ROSA