HABÍA QUE REPARAR

HABÍA QUE REPARAR

Veníamos pata a fondo por la pista de la vida, sin contratiempos físico/sanitario de ningún tipo con la meta aun lejana…

Pero en el giro 61 hubo que entrar repentinamente a reparar. No estaba prevista, ni programada, ni siquiera un lucecita se encendió en el tablero. Nada.

Pero el equipo del Americano y el Evangélico trabajaron bien en boxes, repararon rápido y volvimos a la pista de la vida.

Estoy en las primeras vueltas de ajuste; que los frenos tomen temperatura, lo mismo que el caucho y otros elementos para volver al 100% de la performance. Pero la máquina se siente perfecta.

Después por radio me dijeron que era la «vesícula» que estaba dando problemas y optaron por quitarla y me aconsejaron dos o tres cositas para seguir acelerando sin problemas.

En eso estamos.

En breve, retomaré el contacto cotidiano con ustedes informando -como siempre- sobre todo lo que le pasa a nuestro deporte motor, dentro y fuera de casa.

Pero quería que supieran de primera mano que todo está super bien ante algunos llamados siguiendo versiones que no se ajustaban exactamente a la realidad.

Mientras tanto, «Chiquiloco» me mete presión con su dibujo: «Mejorate rápido que a fin de mes tenés carreras…». ¿Será?

M.ROSA