No es el caso discutir si la sanción de una fecha de suspensión a Jorge Pontet y de dos a Martín Gomara como consecuencia del triple choque en la última clasificación del Superturismo, son justas o no son justas. Como siempre, serán discutibles.
Pero las sanciones impuestas por la Federación Uruguaya de Automovilismo Deportivo (FUAD) no son el motivo de este análisis.
El problema está en el procedimiento de comunicación de una sanción de esa magnitud -severa- que obviamente trastoca todos los planes de ambos pilotos.
Recordemos, el hecho ocurrió el 28 de julio en la lluviosa clasificación disputada en El Pinar cuando los autos de Jorge Pontet y Martín Gomara colisionaron con el Mini de Horacio García. De hecho, los tres pilotos -felizmente sin siquiera sufrir un rayón- no pudieron competir ese fin de semana.
Desde que sucedió el hecho hasta el momento que se les comunicó la sanción a Jorge Pontet y a Martín Gomara, pasaron 18 días. Es decir, la sanción se les hizo saber a prácticamente 48 horas de salir a pista para la siguiente carrera fijada, en el caso del Superturismo, del 16 de agosto en adelante en virtud de los test comunitarios.
Ambos pilotos y sus estructuras trabajaron frenéticamente en sus autos para poder tenerlos listos para este próximo fin de semana. Trabajo duro, intenso, de mucho nervio, de mucha pasión, sin horas de sueño, responsable, bien a la uruguaya, bien típico de nuestro automovilismo. Los días pasaron y al no recibir sanción alguna tras concurrir a la FUAD en tiempo y forma a brindar sus descargos, ambos pilotos se propusieron como meta casi imposible (posible), llegar con sus autos a la carrera de este próximo fin de semana.
Y lo lograrían, de eso estamos seguros.
Sin embargo, todo ese esfuerzo y esas largas horas en el taller; ese casi desesperado camino recorrido en busca de repuestos y piezas, se fue al tacho. A 48 horas de salir a pista, hora más/hora menos, se les comunica que no pueden correr en la próxima fecha.
Entonces si un piloto hace un esfuerzo descomunal para poder poner su auto en pista en tiempo récord -como lo harían Pontet y Gomara- uno tiende a pensar que la FUAD debe velar también por la simplicidad y velocidad de los procedimientos administrativos para evitar situaciones de este estilo que atentan contra la efectividad del sistema. Porque más que sancionar para corregir, el procedimiento empleado golpea más fuerte a los sancionados que la sanción en sí misma. Todos, absolutamente todos, sabemos que armar un auto roto en tiempo récord no es lo mismo que rearmarlo con paciencia y más que nada, tiempo. Ese tiempo que tanto nos cuesta hoy día a cualquiera de nosotros.
Se me ocurre y lo digo por la experiencia de años en esto, que cuando un piloto concurre a declarar, la FUAD ya tiene una idea muy pero muy aproximada respecto a cuál será la decisión final a tomar (sanción). Entonces, lo bueno sería que una vez el piloto declara y tras un tiempo prudencial de espera, se le comunique la sanción en el mismo momento que fue a declarar. Ese procedimiento anula falsas expectativas y especialmente, achica los tiempos de espera. Por otra parte, la FUAD puede perfectamente intervenir de oficio ante una situación más allá del informe de los Comisarios Deportivos. Se puede entonces ganar tiempo en ese sentido.
Tal vez se podrá argumentar que hay tiempos reglamentarios que respetar, etc., etc. Lo entiendo, pero así fuera, entonces revisemos esos procedimientos para que situaciones de este tipo no vuelvan a suceder porque está claro que van minando la resistencia del piloto que es el principal actor de la cadena.
M.ROSA