La participación del todo-terreno “Rápido Rastrojero”, armado y pilotado por el argentino José “Pipo” Biangino, en el décimo “Rally Dakar Paraguay-Argentina-Bolivia 2017” tuvo un brillantísimo desenlace final con la llegada del auto a las localidades argentinas de Córdoba y Buenos Aires, antes de completar el recorrido de casi 9.000 kilómetros que este año planearon los organizadores.
La llegada a Córdoba en la penúltima etapa del viernes significó para el Rastrojero y sus tripulantes presentarse en su ciudad de origen, lo cual fue sumamente celebrado por la afición, que se concentró a recibirles y les dispensó casi tanta atención como la recibida por equipos oficiales como Peugeot, Mini, MAN, Iveco o Kamaz. La última etapa, entre la localidad de Río Cuarto y Buenos Aires, fue toda una celebración que preludió la llegada al podio final, con una nutrida ovación popular.
Pese las difíciles condiciones y pese a las elementales características del vehículo, el Rastrojero completó la totalidad del recorrido. Su actuación alcanzó niveles heroicos, al adjudicarse el puesto 36 absoluto de la general de vehículos, que comenzó con 89 unidades y terminó con solo 58.
José “Pipo” Biangino y su copiloto, Luciano Gagliardi, recibieron a lo largo de la ruta numerosas manifestaciones de apoyo, admiración y respeto, que han devuelto con creciente entusiasmo. Clubes locales de fútbol y asociaciones civiles han querido hacer causa común con los “rastrojeros” que han accedido con muy buen humor a apoyar sus causas, fotografiándose junto con sus divisas, banderas, escudos e integrantes.
El prototipo “Rápido Rastrojero” fue construido el año pasado por Biangino sobre un camión Rastrojero fabricado por la empresa argentina estatal IAME en 1965. El motor original de cuatro cilindros y ciclo diesel fue reemplazado por uno de origen Chevrolet, de 5.7 litros y 300HP, procedente de un Camaro moderno. Otras modificaciones añadieron una jaula antivuelco a la cabina, mejores suspensiones y todo lo necesario para armar un todo-terreno de buen rendimiento, pero con suficiente fiabilidad y necesariamente muy sencillo para evitar la presencia excesiva de elementos que puedan averiarse.
En Buenos Aires el Rastrojero y sus tripulantes fueron entusiastamente recibidos por el público y por los canales televisivos locales, llegando a compararse su hazaña con la de los viejos pilotos que corrían las legendarias carreras por vías abiertas del Turismo Carretera argentino gracias a las ayudas de los aficionados de su pueblo. Biangino, tras agradecer a la afición el apoyo y el cariño, adelantó que intentará regresar por octava vez al “Dakar 2018 si Dios así lo permite”.